En los campos de refugiados o desplazados, en un día a día donde la guerra deja de ser noticia o los desastres naturales se convierten en habituales, ellos son capaces de que una sonrisa ilumine la cara de un niño, de muchos niños. Son Payasos sin fronteras, una organización que cumple su 30º aniversario llevando espectáculos por todo el mundo partiendo en ocasiones desde Zaragoza. Para celebrar este cumpleaños, la oenegé celebra este martes su cumpleaños, a las 19.00 horas, en el Parque Macanaz. La entrada es libre y está financiado por el Ayuntamiento de Zaragoza, por lo que toda la recaudación obtenida por las donaciones y venta de merchandising –además de lo aportado por el consistorio– se destinará a una nueva expedición de Payasos sin fronteras que partirá desde Aragón, aunque todavía está sin definir el destino.
La oenegé se fundó en 1993 y en ese mismo año se creó una delegación en Aragón. En ese tiempo han sido más de un centenar de artistas los que han colaborado con la oenegé. Los payasos aragoneses han viajado por una veintena de países con sus particulares narices rojas. Han estado en el Sáhara, en Palestina, en Colombia, en Croacia, en Mozambique, etcétera y en muchos de ellos varias veces, según reconoce Toño Zarralanga, coordinador de la delegación en la comunidad, que entró a formar parte de esta familia en 2002.
«Si queremos cambiar algo hay que trabajar y si se trabaja en infancia, mucho mejor», asegura. El objetivo de Payasos sin fronteras no ha cambiado en estas tres décadas y no es otro que el de mejorar la situación emocional de la infancia, lograr sacar una sonrisa, que «lo pasen bien» sobre todo los más pequeños, pero no solo ellos sino todos los que están también a su alrededor.
Esos viajes sirven para «conocer una realidad que no siempre es la que te cuentan», explica Zarralanga. Se ve esa realidad con tus propios ojos y se vive de primera mano. Y como profesional, «te deja el alma cubierta» por el trabajo que se lleva a cabo, aunque a veces, explica, «también se te cae el alma a los pies». Es triste «ver cómo te vas y los niños se quedan con ganas de más», asevera este aragonés, que tiene claro que «no se puede cambiar todo» pero sí dar algunos pasos como demuestra que voluntarios que han trabajado con ellos en los países a los que llegan, después «se dedican a lo mismo», se convierten en motor de sus pueblos.
Hubo un tiempo en que también se trabajó en desarrollo pero «era complicado de mantener» y el resultado era a largo plazo, por lo que se decidió centrarse en los espectáculos con ese trabajo psicológico que favorece el bienestar. De hecho, hay estudios que señalan que «cuando nosotros íbamos, la situación psicológica mejoraba», afirma. Pero además de sonrisas también sirve para tender puentes o para dar protagonismo a la mujer. «No cambiamos la cultura de nadie», pero muestran que «hay otras maneras», asegura.
Tortell Poltrona y Viyuela
El espectáculo de este martes estará conducido por Wilbur y contará con las actuaciones de artistas del mundo del circo y colaboradores de Payasos sin fronteras, comandados por su fundador, Tortell Poltrona, a la que seguirán el humor de Pepe Viyuela (forma parte de la junta directiva), Javier Ariza y miembros de la delegación en Aragón como el propio Toño Zarralanga, Pablo Regalado, Noche Diéguez, Laura Jaén, entre otros.
La gala –quieren que se convierta en anual– tiene entrada libre pero se ha habilitado una fila cero para todo aquel que quiera colaborar, a través de bizum al 01725, indicando como concepto Gala Solidaria PSF Zaragoza. El dinero recaudado permitirá que en un futuro no muy lejano parta una expedición desde Zaragoza con varias maletas llenas de sonrisas y decenas de niños disfruten de un espectáculo y sueñen con una nariz roja.
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