La bochornosa idea de Sánchez y su figura del verificador

Un tema que se encuentra a la orden del día es el de las manifestaciones en la calle madrileña Ferraz. Allí, gran cantidad de ciudadanos españoles se manifiestan en contra de la amnistía que protagonizan los golpìstas catalanes y Pedro Sánchez.

Toda esta situación hace que el partido político catalán Junts se mueva en un clima de “desconfianza” entre el propio partido y el PSOE. Para solucionar este conflicto, al presidente socialista le parece que podría resultar eficaz la presencia de la figura del verificador.

Sánchez sostiene que el verificador “puede ayudar” en el diálogo con Junts

En el programa matutino de Herrera en COPE, los profesionales hablan sobre lo bochornoso y lo innecesario que esta situación resulta para España. Sumado a esto, los locutores tienen la teoría casi certera de que esta decisión de Sánchez tiene como finalidad alargar el puesto de Sánchez en Moncloa o, sin ir más lejos, crear un referéndum en Cataluña.

En el caso de aceptarse la figura del verificador, los expertos explican que esto significaría que España estaría dando luz verde a catalogar a los independentistas de caracter internacional, además de poner en el mismo nivel al Estado Español y a la Generalidad de Cataluuña, algo totalmente absurdo, según apuntan los especialistas.

Por otro lado, para poner en marcha las labores de verificador habría que hacer un proceso de devaluación. Dicho proceso afectaría al Estado, al Senado, al Parlamento catalán, las leyes y las sentencias españolas, al igual que a los jueces.

Toda esta situación haría parecer que España, o más concretamente, Sánchez, no tiene los recursos necesarios para resolver conflictos.

Ejemplos mundiales de la figura del verificador

En el programa radiofónico mencionado anteriormente repasaron algunos ejemplos mundiales en los que sí fue necesaria la intervención de un verificador. Entre ellos se destacan cuatro momentos.

El primero que narran en el espacio radifónico fue el de Indonesia en 2006. En ese momento, el finlandés Martti Ahtisaari actuó como verificador entre el presidente de indonesia de aquel año Susilo Bambang Yudhoyono y el líder del movimiento libre de Aceh.

En segundo lugar, narran la situación que tuvo lugar en Sudán en el año 2001. Más concretamente, el teniente general enviado de Kenia logra que Jartum, el gobierno de Sudán y el ejército popular de liberación de Sudán del Sur llegaran a una solución transitoria para Sudán del Sur.

Otro ejemplo es el de El Salvador, donde un diplomático peruano negoció el fin de la guerra entre el Gobierno del Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Por último, en Mozambique en 1990. La comunidad de Sant’Egidio, junto con Italia y con la Iglesia católica de Mozambique, negocia en el conflicto entre el Frente de Liberación, que se encontraba en el poder, y el Grupo Guerrillero Resistencia Nacional de Mozambique en la guerra de Renamo.

 

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